Producto de la pobreza, la desigualdad es uno de los problemas que más afecta a la humanidad y es un obstáculo para el avance del desarrollo humano. En América Latina y el Caribe la desigualdad es alta, persistente y se reproduce en un contexto de baja movilidad socioeconómica.
No obstante, esta desigualdad se puede reducir en esta región mediante el diseño y la aplicación de políticas públicas que lleguen a la gente, con amplitud que contemplen el conjunto de restricciones que perpetúan la pobreza y la desigualdad, y con apropiación, con el fin de que las personas se sientan agentes de su propio desarrollo.
Así lo contempla el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su primer Informe sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe, cuyo mensaje principal insiste en que es posible romper con la “transmisión intergeneracional de la desigualdad en esta zona”.
Para el PNUD hay que aplicar políticas públicas para evitar que la desigualdad continúe transmitiéndose de una generación a otra, patrón que se atribuye a la ineficacia del sistema político de las naciones que componen esta región.
En dicho informe se reafirma la importancia central de la lucha contra la pobreza, sin embargo, propone la necesidad de ir más allá: “la desigualdad es un obstáculo para el avance en el desarrollo humano y su reducción debe incorporarse explícitamente en la agenda pública”.
Para el PNUD, la igualdad importa en el espacio de las libertades efectivas, que todas las personas puedan tener opciones de vida realmente disponibles para que puedan elegir con autonomías.
Destaca además, la importancia de las oportunidades y el acceso a bienes y servicios, así como también al proceso a través del cual los individuos son sujetos activos de su propio desarrollo, incidiendo con responsabilidad sobre sus vidas y su entorno inmediato.
Sobre el informe el director regional del PNUD, Heraldo Muñóz, dice que se plantea como parte del mensaje central para reducir la desigualdad de forma sostenible en América Latina y el Caribe, la necesidad de incidir sobre “los mecanismos que la hacen persistente y que vinculan estas desigualdades entre generaciones”.
“Los países de América Latina y el Caribe siguen siendo los campeones de la desigualdad en el mundo. La explicación se encuentra en lo que en el PNUD hemos llamado nuevos márgenes de desigualdad. Hoy, si bien la cobertura de servicios públicos se ha ampliado en la mayoría de los países, la desigualdad se refleja, por ejemplo, en brechas de calidad”. “El Informe es un llamado a romper el círculo vicioso histórico de la desigualdad, actuar hoy a favor del futuro de nuestros pueblos”, indicó Muñoz.
De acuerdo al informe, la nueva política integral y específica que se propone para reducir la desigualdad en la región debe incidir sobre las condiciones objetivas de los hogares y las restricciones que enfrentan sobre aspectos subjetivos que determinan autonomía y aspiraciones de movilidad, asimismo, sobre la calidad y eficacia de la representación política y la capacidad redistributiva del Estado.